miércoles, 25 de abril de 2007

Por dignidad y Calidad de Vida

CONFERENCIAS
- Actitud Positiva para personas con dignidad y calidad de vida
Duración: 1 hora

- Se Trata de la Vida Misma
Duración: 1 hora

- Competencias universales para seres humanos prósperos
Duración: 1 hora

- Servidores con Dignidad
Duración: 1 hora

- Escalar Hacia Dentro
Duración: 1 hora

- Agradecer: Fuente de Prosperidad
Duración: 1 hora

- Teorías del Liderazgo
Duración: 1 hora

- Poderes para el Éxito
Duración: 1 hora

- Trabajo en Equipo
Duración: 1 hora

- Humanismo Cristiano
Duración: 1 hora


INVERSIÓN

Cada conferencia tiene costo de doscientos cincuenta mil pesos ($250.000.00) libres de retenciones o deducciones; para grupos de máximo 100 personas. Cuando se trate de población mayor, será necesario el correspondiente juste económico.
En caso de realizarse fuera de Manizales se deben cubrir por parte del contratante los costos propios de alojamiento y viáticos.


CONTACTOS

MARCO FIDEL CHICA LASSO
marfil@une.net.co
celular 3105134777

Columna Radial

RADIO MANIZALES DE TODELAR. DIAL 630 AM
PROGRAMA “VAMOS AL GRANO”. EMISIÓN No. 568
COLUMNA “POR DIGNIDAD Y CALIDAD DE VIDA”
DOMINGO 4 DE MARZO DE 2007
COLUMNA 112. “MISERICORDIA SEÑOR, MISERICORDIA”

Por dignidad y calidad de vida hablemos de “MISERICORDIA SEÑOR, MISERICORDIA”.

Moverse es una necesidad humana, resulta propio de nuestra naturaleza el ir de un lugar a otro, desplazarnos en el tiempo. Hablamos hoy de velocidades que llegan a incluso a indisponernos, por débil capacidad de asimilación.

El movimiento está presente en todo, en el eclipse de luna, en el girar permanente de la tierra; se mueve todo lo que en el planeta existe: el renacuajo que llega a convertirse en rana igual que el gusano antecedente de la mariposa.

Los seres humanos también nos metamorfoseamos; cómo cambia de notablemente lo físico desde la niñez primera hasta la madurez última; más, qué importantes son las transformaciones internas, una de ellas, quizá la de mayor relevancia: la capacidad de pedir y dar misericordia, puerta real de avances espirituales, que se hacen notables en estos momentos de cuaresma.
Cuando se pide misericordia a la divinidad, es porque se ha logrado admitir en humildad la necesidad de luz y bálsamo para situaciones difíciles; cuando se recibe de otra persona es alivio de alma a alma, es quitar pesos, cargas enormes.

Misericordia no es piedad, si no presencia que pone en movimiento la voluntad del otro para crecer y progresar, aliento que anima el espíritu. Es disposición del corazón a asumir como si fueran propias las miserias que los demás vivencian.

Cuando se ama, la misericordia se hace presente una y otra vez, sin límites en el tiempo ni en el espacio, pues es fácil reconocer y comprender los padecimientos de aquellos a quienes amamos, y se siente en el alma no sólo la necesidad de ayudar sino también el potencial para hacerlo, aunque siempre quede la sensación de no tener las respuestas suficientes.
Gran alegría representa hacer algo por otro, es un regalo enorme el que se nos brinda cuando se nos da la oportunidad de servir. De ahí que la insensibilidad frente a las miserias y flaquezas ajenas, es precisamente falta de misericordia y no contribuye al mejoramiento de este planeta.
El país esta demandando de gente con misericordia, y para fortuna hay mucha en distintas partes, aunque en verdad insuficientes. Ejemplo de ello es la Organización de Clubes de Leones, integrada por más de 40.000 distribuidos en 200 países y con participación de aproximadamente tres millones de seres humanos que comparten como vocación el ayudar al mejoramiento de sus comunidades. Más allá de una fraternidad o interés en actividades sociales, los socios están unidos bajo el lema “nosotros servimos”. Sus propósitos están ligados a la creación y fomento del entendimiento entre los pueblos del mundo, la promoción de los principios del buen gobierno, la acción en el desarrollo cívico, cultural, social y moral de la comunidad, aliento a personas que quieren servir a los otros sin buscar recompensas económicas. Los socios, entonces, dedican parte de su tiempo y recursos, de su vida, a contribuir a la solución de problemas como el hambre, la vivienda, la educación, la salud. En Manizales se encuentran tres de esos clubes, La Suiza, Bella Vista, y el Club de Leones Manizales Monarca, este último del cual orgullosamente y como privilegio formo parte, en un buscar de incontables oportunidades para poner en práctica la misericordia.

Es que resulta especial hallarle sentido a la vida en el encuentro con el sufrimiento, en las manifestaciones de fragilidad humana, tanto física como moral. Misericordia Señor, misericordia, decía mamá cuando estaba afligida, y yo lo repito ahora en medio de la alegría de estar vivo y viviendo, porque la he recibido pródigamente en todas las etapas de la vida; mi corazón agradece sin fin la misericordia de gente buena que cuando niño hizo posible encontrar pan en la mesa, propicio nuestra presencia en el sistema escolar, favoreció acompañamientos en la formación ciudadana; como igual gratitud abunda para las personas que hoy, en estas etapas mayores, me siguen dando aliento.

Dada la abundancia de dolor y necesidad, hemos de dar misericordia; nada distinto a dar oportunidades de crecer; y bien diferente a tener pesar o resolverle problemas al otro sin su esfuerzo y participación efectiva. La misericordia es aquí alentar al otro, secarle las lágrimas y cooperar para no sólo ayudarle a salir de su situación, sino a que se mantenga bien de ahora en adelante, en un proceso que nos humaniza.

Misericordia es expresar el amor de una forma clara con alto grado de altruismo, para lo cual es necesario reconocer lo que uno tiene por dentro y luego ponerlo al servicio de los más necesitados, con el ánimo sincero de ayudar a superar situaciones de dificultad y para que por dignidad lleguen más lejos que nosotros. Es tender las manos teniendo los pensamientos más elevados, con fe en el otro, creyendo firmemente en lo que estamos haciendo. Es hacer que las fuerzas se muevan de lo imposible hacia lo posible, de lo limitado a lo ilimitado; convertir necesidades de algunas personas, en propósitos de solución para muchos sectores de la humanidad; es comprometerse con motivación en hacer que las cosas inmensas se hagan pequeñas y fáciles de realizar.

Ser misericordioso es apostar la vida en tareas de verdadera ganancia, la mejor: el bien espiritual que le da levedad a todas las acciones, valor a todos los esfuerzos y plena felicidad a la vida simple.

Marco Fidel Chica Lasso. Columnista.